Cada orgonita que creamos es el resultado de un proceso artesanal, intuitivo y profundamente consciente. No trabajamos en serie, no usamos moldes repetidos sin intención: cada pieza es única y nace desde la conexión con la energía que busca transmitir.
Como gemoterapeuta, Mariano selecciona personalmente cada cristal, asegurándose de que su vibración esté alineada con el propósito específico de la pieza: ya sea protección, armonización, claridad mental o expansión espiritual.
Cada piedra es elegida por sus propiedades energéticas, su calidad y su estructura interna. Se combinan según principios de la cristaloterapia y la intención que se desea activar en la pieza.
Antes de ser utilizados, los cristales son desprogramados y limpiados mediante métodos naturales como agua con sal, humo de sahumos, sonido o luz solar. Esto permite que trabajen de manera pura y alineada.
Cada cristal se programa con una intención específica. Se usan frecuencias Solfeggio, símbolos de geometría sagrada y meditaciones guiadas para alinear la energía de la pieza desde su origen.
Los cristales, metales y resina se colocan cuidadosamente en moldes seleccionados. Se respeta la geometría sagrada y el orden energético para asegurar que la pieza funcione como un canal de transmutación y armonización.
Una vez armadas, las piezas pasan por un proceso de reposo y armonización donde se integran las energías. Algunas se dejan al sol, otras a la luna, otras en cuarzos maestros o sobre biómetros.
Aplicamos conocimientos reales de gemoterapia y frecuencias vibracionales.
No son objetos decorativos: son herramientas energéticas activadas.
Cada pieza pasa por manos que saben lo que hacen y por un corazón que sabe por qué lo hace.